Después de una tormenta que deja sin electricidad al pueblo, David Drayton y su pequeño hijo Billy se acercan al supermercado [en busca de provisiones y material de reparaciones]. Mientras, una extraña niebla se desplaza desde el lago cubriendo todo el pueblo. Los clientes del supermercado se encerrarán dentro de él después de que la niebla se cierre sobre el aparcamiento y oigan los gritos de un hombre que ha salido al exterior.
Mientras está cada vez más claro que fuera hay algún tipo de monstruo, el miedo hace que parte de los refugiados empiecen a escuchar seriamente a una mujer que predica el fin del mundo y la necesidad de hacer un sacrificio de sangre para apaciguar a la Bestia que espera fuera del edificio.
Peliculón. Al menos, si te gustan este tipo de películas.
El ritmo está bien llevado, sobre todo al principio. La presentación de los personajes, las pistas de lo que está por venir y el lento aumento de la tensión culminante en la aparición del primer monstruo. Después, al ambiente cada vez más enrarecido debido al miedo y la paranoia tanto hacia las criaturas de fuera como a los 'monstruos' humanos del interior.
Se nota que la película está basada en una novela corta de Stephen King ('La niebla'). En las obras de este autor es fundamental el concepto de que cualquier persona normal puede comportarse de forma más perturbadora que el más terrorífico de los monstruos. Y a medida que avanza el film y la facción fundamentalista de entre los refugiados se hace cada vez más numerosa y radical, crece la sensación de estar entre la espada y la pared. Fuera, monstruos alienígenas y desconocidos, sanguinarios y despiadados. Dentro personas normales, que conoces del día a día, volviéndose también sanguinarios y despiadados. Lo que empieza pareciendo un refugio parece cada vez más una trampa.
Una película de monstruos, sí, pero también de lo bajo que puede caer el ser humano bajo la presión del miedo.
Muy recomendada a los aficionados al cine fantástico. Poco recomendable para los que sólo gustan de cine normal y finales felices.
