sábado, 15 de agosto de 2009

En la oscuridad

Cuando era pequeño Kyle despertó y vio al hada de los dientes, que había venido a llevarse su último diente de leche. Al día siguiente el niño contó que el hada había matado a su madre y había intentado matarle a él. Lo tomaron por loco y nadie le creyó. Mucho años después se ve obligado a volver a su pequeña ciudad, Darkness Falls, para ayudar al hijo de su mejor amiga, que sufre las mismas alucinaciones y pesadillas que sufría él de niño.

Arrodillado en la oscuridad, al lado de un árbol, un hombre empuña una linterna.La película empieza bien, con una leyenda terrorífica y un monstruo que se manifiesta en la oscuridad y es la perversión de un famoso mito infantil, el hada de los dientes (el equivalente anglosajón a nuestro ratoncito Pérez). Lamentablemente lo que comienza como una película prometedora de terror se va convirtiendo en una película olvidable de sustos y acción, previsible y con malos efectos especiales.

Ojo, no es que de por sí los efectos especiales malos hagan una película mala, pero desde luego no hacen nada por ayudar a subir el interés en la misma. Quizá el problema está en que el director no tiene claro si quiere que el resultado final sea una película de terror con monstruo misterioso o una película de acción con un monstruo que da sustos pero es fácilmente esquivable (al menos por los protagonistas).

Aprovechando que la luz se ha apagado en el faro, el hada de los dientes acecha.Otra cosa que falla; la coherencia en las reglas que sigue el monstruo. ¿Cuánta luz hace falta para ahuyentarlo? Aparentemente depende más del momento de tensión que se quiera imprimir en la escena que de la intensidad real de la fuente de luz. Este tipo de cosas me saca de mis casillas.

No recomendada para los que busquen una auténtica película de terror. Recomendada para los que quieran inspiración para una aventura de rol de terror y para los que quieran una película de sobremesa para un sábado lento en el que no tengan nada que hacer.

jueves, 13 de agosto de 2009

Quemar después de leer

George Clooney disparando una pistola en Quemar después de leer.
Ozzie Cox (John Malkovich) es un agente de la CIA que está escribiendo sus memorias. Su mujer le roba el CD en el que están grabadas y éste llega a manos de los empleados de un gimnasio, no muy espabilados, que intentan chantajear a Cox. A raíz de esto, la CIA intenta averiguar quiénes son y para quién trabajan los chantajistas. La trama se complica cuando entra en escena el amante de la mujer de Cox, que sufre de manía persecutoria. Todos intentan averiguar qué saben y qué pretenden los demás sin tener mucho éxito en el empeño.

Muy divertida para quienes les gusten las películas de género negro y de humor negro. Un montón de gente sufre y muere en esta película por razones triviales o absurdas.

El director de la CIA no está contento.
Narrada desde otro enfoque la historia sería la de una tragedia, pero los diálogos y el puro absurdo de lo que ocurre hicieron que me riera durante toda la película de situaciones de las que éticamente hablando no me debería reír.

En cuanto a los personajes, están definidos por sus defectos. El que no es tonto, es superficial, o ignorante, o está loco, o sencillamente es patético. No hay héroes, sólo gente mezquina y víctimas que chocan entre sí como en un accidente a cámara lenta. A destacar uno de los chantajistas, sobreactuado por Brad Pitt. Pero esta vez la sobreactuación es la que le da alma al personaje, un cabezahueca entrañable.

Brad Pitt gritando y sangrando por la nariz en Quemar después de leer
Recomendada para la gente que disfrute con el humor negro o sean fans de los hermanos Coen. No recomendada para quien piense que la muerte y el sufrimiento no son cosas con las que se pueda bromear.