Cuando era pequeño Kyle despertó y vio al hada de los dientes, que había venido a llevarse su último diente de leche. Al día siguiente el niño contó que el hada había matado a su madre y había intentado matarle a él. Lo tomaron por loco y nadie le creyó. Mucho años después se ve obligado a volver a su pequeña ciudad, Darkness Falls, para ayudar al hijo de su mejor amiga, que sufre las mismas alucinaciones y pesadillas que sufría él de niño.
La película empieza bien, con una leyenda terrorífica y un monstruo que se manifiesta en la oscuridad y es la perversión de un famoso mito infantil, el hada de los dientes (el equivalente anglosajón a nuestro ratoncito Pérez). Lamentablemente lo que comienza como una película prometedora de terror se va convirtiendo en una película olvidable de sustos y acción, previsible y con malos efectos especiales.
Ojo, no es que de por sí los efectos especiales malos hagan una película mala, pero desde luego no hacen nada por ayudar a subir el interés en la misma. Quizá el problema está en que el director no tiene claro si quiere que el resultado final sea una película de terror con monstruo misterioso o una película de acción con un monstruo que da sustos pero es fácilmente esquivable (al menos por los protagonistas).
Otra cosa que falla; la coherencia en las reglas que sigue el monstruo. ¿Cuánta luz hace falta para ahuyentarlo? Aparentemente depende más del momento de tensión que se quiera imprimir en la escena que de la intensidad real de la fuente de luz. Este tipo de cosas me saca de mis casillas.
No recomendada para los que busquen una auténtica película de terror. Recomendada para los que quieran inspiración para una aventura de rol de terror y para los que quieran una película de sobremesa para un sábado lento en el que no tengan nada que hacer.
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